Preparar dulce de leche en casa es facilísimo, pero requiere de paciencia y tiempo. La alternativa es usar leche condensada enlatada y una olla a presión, es decir, cambiar la receta tradicional por la exprés. Os contamos cómo hacerlo de las dos maneras para que os pongáis manos a la obra, porque lo casero es más gratificante.
Si (además de los asados) hay un producto bien asociado a la gastronomía argentina, sin duda alguna es el dulce de leche. Tremendamente popular en su tierra de origen y fuera de ella, hace casi 27 años que cuenta con su propio día de celebración. Cada 11 de octubre se celebra el Día Mundial del Dulce de leche y se homenajea a esta delicia, reconocida como Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico del país. Ahí es ná.
Existen historias varias sobre su origen e invención. Unos sostienen que el dulce de leche fue creado por casualidad en 1829, cuando una criada del general Juan Manuel de Rosas corrió a avisarle de que su enemigo Lavalle se encontraba en la casa, olvidando una olla con leche y azúcar en el fuego. Otros defienden que fue el libertador José de San Martín quien lo introdujo en el país tras degustarlo en Chile y también hay quienes sitúan su origen en la Francia de Napoleón, en 1815, donde se consumía confiture de lait, un dulce muy similar al actual dulce de leche.